Para poder entender la razón por la cual un ser humano vive en promedio 75 años en México, aún teniendo el potencial genético y biológico de vivir, en buenas condiciones, más de 120 años; necesitamos conocer sobre 2 grandes industrias multimillonarias que existen en el mundo:
- La industria de la publicidad.
- La industria farmacéutica.
La industria de la publicidad tiene ingresos mundiales arriba del trillón de dólares, es una de las más poderosos industrias que a través de un sistema de publicidad y mercadotecnia, promocionan productos o servicios que no ayudan a la salud del ser humano y al contrario si lo pueden dañar.
Esta industria promociona a cualquier empresa que pague por sus servicios, la publicidad no es la responsable de saber si lo que vende alguien es bueno para una persona, ellos simplemente cobran por sus servicios.
Aquí entendemos cómo es posible que los refrescos de cola y la comida chatarra se promocionen sin ninguna restricción, sabiendo que son productos que no aportan valor nutricional y si causan daños en la salud de las personas.
Gran parte del sistema económico es la causa de esta situación. Gran cantidad de anuncios profesionalmente realizados contienen mensajes para hacernos comer más y más, el peor alimento posible.
Muchas de las marcas conocidas a nivel mundial, fabrican y promocionan sus productos empleando profesionales de diversas disciplinas, principalmente sicólogos, para lograr aumentar sus ventas en sus clientes cautivos que ya consumen esos productos.
Su público objetivo son las personas que se encuentran en el rango del sobrepeso u obesidad, millones de personas y en muchos países crecen año tras año.
Todo lo anterior pone las condiciones ideales para que entre en acción la segunda industria poderosa, la industria farmacéutica; que junto con todo el sistema de salud forman parte de lo que debería llamarse: «la industria de la enfermedad»
Ya que la persona se encuentra enferma, ahora entran los «expertos», todo un sistema para curar las enfermedades provocadas principalmente por los negativos hábitos adquiridos y ayudados por toda la publicidad y reforzado por un sistema educativo controlado y carente de efectividad.
La industria de la enfermedad es muy poderosa y a ellos les conviene que la población no esté informada correctamente, ya que su gran poderío económico depende de que las personas necesiten de sus servicios.
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